Homecoming: repaso por el 2019

A veces por economía de palabras y para servir a los propósitos del título es necesario utilizar expresiones en otros idiomas. Bien podría haber escrito comeback y estaríamos en la misma (me limito al inglés por desconocimiento de todo lo demás). Pero temas idiomáticos aparte; así es queridos lectores, he regresado y espero que para quedarme aunque sea durante la primera parte del año, que luego inicia el ciclo académico y todo se vuelve más incierto para este espacio virtual.

Lo cierto es que el 2019 ha sido un año muy movido en lo personal y de bastante crecimiento, que tristemente me mantuvieron alejada de los borradores y el bloc de notas donde desarrollo las ideas para entradas. Más allá de eso, poca queja tengo con respecto al pasado año, que transcurrió entre apuntes de la facultad, viajes, reencuentros y una nueva integrante de la familia:

Todo ello no ha impedido que disfrutara de ficciones, si bien menos que de costumbre, dignas de ser mencionadas antes de pasar de página y llevar a cabo mis proyectos para el recién llegado 2020.

Sin lugar a dudas la serie que más me ha enganchado fue la producción de Starz Outlander. Basada en la saga de libros homónima de Diana Gabaldon, la trama nos sitúa en la Escocia del siglo XVIII de la mano de Claire, una enfermera inglesa que por accidente viaja en el tiempo apenas finaliza la Segunda Guerra Mundial y que tendrá que adaptarse a una cultura y un contexto adverso.

Con el estreno a principios de año de su cuarta temporada, Netflix (que distribuye la serie en Latinoamérica) incorporó la tercera a su catálogo, por lo que no aún no pude disfrutar de la obra completa. Las tres temporadas vistas marcan un recorrido algo irregular en el ritmo de un romance atrapante en un momento en el que el drama histórico está en auge. Más allá del éxito de este género, en tiempos donde el lugar de la mujer en la pantalla está bajo constante escrutinio, ambientar series en el pasado resulta un desafío: entre la apropiada representación de los roles de género en la época y las exigencias por más profundidad y protagonismo de personajes femeninos es difícil conseguir un equilibrio en una industria manejada principalmente por hombres. ¿Sale Outlander airoso de este reto? No, tiene inconsistencias en el manejo del romance, la violencia y el abuso que a veces rozan el límite de lo gratuito (no olvidemos que los libros comenzaron a publicarse en los años noventa). Sin embargo, desde el 2014 supone cierto soplo de aire fresco contando con una protagonista con carácter y voz cantante. Se destaca particularmente la primera temporada, la más larga y mi preferida dado que se desarrolla totalmente en Escocia como por la mano visible de Ronald D. Moore (Battlestar Galactica). Muy recomendada para los fans del romance y el drama histórico, aunque puede defraudar lo melosa que puede ser y el carácter explícito de varias escenas.

Por otra parte, a mediados de año la misma plataforma sacó las terceras temporadas de sus producciones más exitosas hasta la fecha: Stranger Things y 13 Reasons Why. Ambas dejan un buen sabor de boca. La muy esperada continuación de la serie de los hermanos Duffer ha defraudado a algunos pero en líneas generales resulta divertida y ágil, introduce nuevos personajes entrañables y las referencias en este caso son empleadas con bastante sentido del humor. Lo único que no me agradó es el arco que le dan a Will, pero espero que la anunciada cuarta entrega le haga justicia. Ciertamente no es la mejor de las temporadas pero no lo pretende, sabe que los que seguimos estamos por los personajes y por ello nos deja con ese tremendo cliffhanger, dejando de lado el elemento sci-fi.

 

En el caso de 13 reasons…, esta última entrega supone una redención necesaria para la historia y los personajes luego de una infame segunda temporada que casi tira por tierra los logros de la primera. Se va más al thriller adolescente, aunque el misterio es algo predecible y algunas historias no interesan. El cierre que le dan deja mejor parada a la serie en conjunto, pero con la noticia de una cuarta parte a estrenar no se sabe qué tanto pueden arruinar o mejorar a este show ya bastante gastado.

Poco que decir en cuanto a la animación japonesa. Si leyeron mis comentarios de la temporada de invierno ya saben prácticamente todo lo que vi, con la excepción de Fruits Basket 1st season. Quizá le dedique un comentario en una entrada aparte, aunque los que me siguen en Twitter ya han aguantado bastante mi cantinela con este anime.

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Ranking de pelis vistas en el año (vía Letterboxd)

En comparación con el 2018, he visto la mitad de películas, y no todas de la mejor calidad precisamente. Las dos primeras se han quedado en mi memoria por sus atmósferas tan envolventes y sus encantos particulares (rizando el rizo, mi primer visionado de Blade Runner fue en noviembre de 2019 y el de Kiki: entregas a domicilio en su 30° aniversario). De la 3 a la 6 me gustaron bastante, con momentos destacados y un tono en general logrado, pero con ciertos aspectos que me impiden incluirlas en la crème de la crème. El resto tienen ciertos méritos (algunas más que otras, por supuesto) pero se quedan en eso. Nada atroz o terrible, a pesar de que nunca voy a recuperar el tiempo que perdí viendo Antes de ti.


Aunque me la he pasado leyendo, el pasado 2019 estuvo copado de libros académicos. Poca ficción he podido colar en los descansos del estudio, pero sin lugar a dudas me quedo con el descubrimiento de dos narradores de la región que me dejan con ganas de seguir conociendo su trabajo. (Más impresiones sobre estas novelas en Goodreads)

Por un lado, la autora argentina de literatura juvenil Liliana Bodoc, que nos dejó hace un par de años y cuya trilogía La saga de los confines es aún aclamada como una joya del género fantástico. Comencé con una obra seguramente menor, un relato corto ambientado en el Virreinato del Río de la Plata titulado El rastro de la canela. La historia es bastante normalita y los personajes no destacan demasiado, pero la prosa de Bodoc me ha encantado y realmente enaltece lo contado. Es una rápida lectura que entretiene y genera interés por la pluma detrás.

Luego está Mario Benedetti. El uruguayo es uno de los más queridos escritores en español del siglo pasado, pero su obra me pasó inadvertida hasta que un amigo me prestó La borra del café, una novela compuesta por breves capítulos cuyo hilo conductor es el crecimiento de su protagonista Claudio y todas las peripecias que vive y que forman parte del paso a la adultez. Bella, graciosa y nostálgica – con evidentes tintes autobiográficos y una curiosa narración que oscila de la primera a tercera persona – resultó una agradable sorpresa.


Con toda esta entrada a modo de pequeño resumen del 2019, sólo me queda desearles de manera atrasada un próspero 2020, concretamente a los blogueros cuyos espacios no puedo dejar de leer y que me inspiran para continuar con este pequeño proyecto. Hay una ingente cantidad de borradores e ideas que quiero publicar, así que toca ponerme manos a la obra. Nos leemos en los comentarios y en la próxima.

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Mix de julio y agosto 2018

Algún día esta sección se volverá mensual como se suponía, lo prometo. No me gustaría que  tengan una mala imagen de la que les escribe, aunque peque de inconstante. Creo que muchos sienten el problema que tengo con el mix: es que los meses se pasan volando y cuando estoy apenas esbozando el borrador, rememorando todo lo que vi/leí/escuché en el mes, ya toca pasar la página del calendario. ¡Exijo un giratiempo! Como una persona que se sumerge en la ficción, a veces pierdo la noción del tiempo. En fin, soy una cronopia sin remedio.

Pero vamos a lo que importa: las recomendaciones y los fiascos a evitar. Algo que hubo en estos meses fue variedad, a pesar de que ando con cierta pereza para terminar mis lecturas, que compagino con las académicas que me exige la universidad. Así que lo audiovisual predominó en mi día a día. Sin más que añadir, doy paso al mix de julio y agosto.


Akatsuki no Yona

2014 | Studio Pierrot | Aventura, Fantasía, Shojo | 24 eps. | ★★★1/2

Me digné de una vez por todas a comenzar el Reto Anime 2018 que me propuse (a buena hora, ya sé) con la letra A, pues tenía muchas ganas de ver una fantasía épica luego del vacío que me dejó Avatar, The Last Airbender.

Este anime nos sitúa en el reino de Kouka, en una pasado ficticio, en el que la princesa Yona vive plácidamente en el castillo, como cualquier miembro de la realeza. Como es de esperarse, su vida dará un vuelco cuando su padre sea asesinado por su querido primo, Soo-Woon. Confusa y sumamente triste, Yona escapa del golpe de estado junto con su guardaespaldas y amigo de la infancia Hak. Emprenderán un viaje para encontrar a las reencarnaciones de los legendarios dragones, con el fin de que los ayuden a detener una posible guerra. En su travesía, la princesa recorrerá el reino y se dará cuenta de que no es tan pacífico ni estable como creyó toda su vida.

giphy2Se trata sin duda de una serie con una propuesta que ya hemos visto, con elementos folklóricos, cargados de aventura y misterios. Para mí hay dos aspectos a destacar que le dan una vuelta de tuerca a la fórmula. En primer lugar el desarrollo de la protagonista, su evolución es notable y lógica, aportando elementos de un buen coming of age en el que Yona pasa a ser una princesa enjaulada en su pequeño mundo a una líder llena de conflictos por resolver. Sí, se vuelve más guerrera y badass, pero no al modo que nos otorga un shonen tradicional. El camino de Yona es tortuoso, largo y más retrospectivo que una mayor fuerza física, plagado de desengaños y crisis de identidad y ética entre los valores anti-violencia que le transmitió el rey y una realidad que exige una intervención inmediata además de un gran sentimiento de culpa en ella.

En segundo lugar, ese elemento se combina con uno que a primeras no parecería coincidir demasiado con el anterior. Yona está rodeada de bishonens que solemos ver en una estructura propia de un harem inverso. Ojo, no quiere decir eso que sean igual de blandos o genéricos, cada uno tiene un pasado, personalidad y motivaciones; pero se percibe con facilidad ciertos arquetipos que siguen: el más afeminado y delicado, el cerebro sin capacidad física, el tsundere que no admite sus sentimientos salvo contadas excepciones que deberían hacer suspirar al expectador, el kuudere y así. Todos les suenan, ¿no? A simple vista no congenia muy bien esto con una protagonista que constantemente cuestiona su proceder y formas, por lo que en un inicio no estaba muy convencida. Sin embargo, la carisma de los personajes son suficientes para cargar con lo que de otro modo sería un contra importante. La narración de los capítulos permite empatizar con ellos y disfrutar mucho las relaciones que establecen con Yona y entre ellos, sin duda acompañado de una comedia agradable.

Los diseños son muy distintivos, como debería ser en este tipo de series, y funciona muy bien para la demografía a la que apunta. La banda sonora y la animación están correctas, destacando en los puntos de inflexión que viven los personajes.

El mayor problema sin lugar a dudas es que se trata de una adaptación incompleta de un manga que aún está publicándose. Así que al finalizar el visionado vamos a sentir esa frustración a la que nos acostumbramos con este tipo de animes, al sentir que apenas vimos la punta del iceberg de algo mucho mayor. Es algo que se nota mucho en Akatsuki no Yona, donde hay una construcción de mundo importante y muchos personajes con conflictos políticos, románticos y personales. Por lo que advierto que vamos a sufrir una espera hasta que Pierrot u otro estudio adapte lo que queda del cómic una vez completado. Mientras tanto, nos quedamos con un tedioso final apurado y sumamente abierto. Eso no quita que se trate de un anime muy disfrutable, con personajes entrañables y que destaca dentro de la demografía shojo de los últimos años.

Por ahora en latinoamérica no hay una editoral que publique el manga, por lo que mis ganas de leerlo quedarán insatifechas (y yo que quería saber las intenciones de Soo-Woon).


Bibliómanos

 TV pública argentina | Youtube | Divulgación literaria | ★★★★

Bibliómanos es una nueva manera de hablar sobre libros. Un programa de divulgación literaria y otros géneros escritos, que también es un juego. Maximiliano Tomas y Eugenia Zicavo, una nueva generación de expertos en literatura, conducen este espacio que fusiona contenidos de lectura con entretenimiento y que cuenta con la presencia de distintos invitados del mundo editorial, autores y críticos literarios.

A pesar de que, como decía al comienzo de la entrada, la lectura es una actividad que tengo abandonada, eso no quiere decir que no siga mi hambre por conocer títulos que me interesen para un futuro, ya que si tuviera dinero sería una ávida practicante de tsundoku. Hacía unos años mi principal fuente para apuntar próximas lecturas eran los más afamados booktubers, con su estilo de edición particular y sus recomendaciones mirando a cámara (generalmente publicaciones encasilladas en la literatura juvenil). Con el paso del tiempo mis intereses fueron cambiando, y me incurrí en los clásicos de siempre, que aún continúo descubriendo.

El año pasado descubrí por redes sociales que la televisión pública de mi país iba a estrenar un programa conducido por dos periodistas y críticos literarios: Maximiliano Tomás y Eugenia Zicavo, que ya conocía por Libroteca, un programa que presenta en otro canal. Vengo siguiéndolo desde entonces, y no podía faltar como recomendación por aquí. Más allá de hablar sobre títulos que oscilan entre aclamados y más desconocidos, el programa tiene su encanto en el estilo dinámico en el que se desarrolla. Los conductores charlan y debaten como compinches sobre los libros que llevan cada programa, pues deben competir presentando cinco obras cada uno sobre un tema determinado, pasan por varias instancias y el que aportó más libros a la selección final se queda con todos.

Con las dos temporadas que tiene por el momento, es sumamente entretenido, reflexivo y variado, puesto que al estar disponibles todos los episodios en Youtube uno puede seleccionar los temas que le interesen. Ya me gustaría poder jugar con algún amigo lector.


Música de fondo: nostalgia ochentosa

A partir de este mix, que no sea raro que añada elementos en bloque. Una cosa lleva a la otra, y a veces las recomendaciones tienen que presentarse en grupo, porque quizá en solitario no aguantan la exigencia de los lectores.

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Entre exámenes que aprobar, no tuve el momento para ponerme a escuchar con atención algún disco o explorar un grupo que quería conocer mejor. Así que me dejé guiar por los queridos algoritmos del streaming, que me conocen bien y saben que en mi reproductor la década predominante es aquella a la que pertenecen Back to The Future, el new wave y los walkman. Así que a mis oídos llegaron tres grupos que sienten esa inspiración que también está sucediendo en la tele y el cine con Stranger Things como su mayor exponente, y que toman sonidos sobre todo de las bandas británicas de la época. Acordes y sintetizadores que nos suenan muy familiares, que por el momento sólo considero «música de fondo» amigable.

La primera en hacerse con el botón de play fue la nuevita Pale Wavesunos jóvenes de Manchester que saltaron a la escena por su estética gótica, unos singles sacados el pasado 2017, la atención de la prensa musical británica y el respaldo de su banda compañera de discográfica The 1975 (que nunca me convenció). Sus guitarras a veces recuerdan al sonido pop de cierta época de The Cure, algunos detalles propios del dream pop y sintetizadores esporádicos. Son canciones 100% radiofónicas, pegadizas y de escucha fácil. Aunque no se les puede criticar demasiado, pues su disco debut My Mind Makes Noises no verá la luz hasta el 14 de septiembre. Espero que no se queden siendo más estilo que sustancia. ★★★

Luego llegó la más conocida CHVRCHES, formación escocesa electrónica que desde 2012 tiene cierta cuota de éxitos y bastante movida por los festivales musicales mainstream. Utiliza los componentes de la electrónica actual comercial: la voz femenina, el estribillo que llega tras un in crescendo en varios temas, el foco en el ritmo y en su disco del 2016 Every Open Eye mucha reminiscencia al synth pop encabezado por Depeche Mode. Con letras algo más profundas de lo usual y aunque sin la presencia necesaria para quedarse conmigo, si quieren mover un poco el esqueleto y animarse un rato tienen su discografía. ★★1/2

Por último tenemos a The New Division (New Order + Joy Division cough cough) que es sin dudas la banda que menos se molesta en modernizar la synthwave que se hizo tan popular hace tres décadas. Le pongo una canción cualquiera de esta banda a mis padres y creerían sin mucha dificultad que pudo haber sonado en algún club en su juventud. A puro sintetizador, con vocales masculinas que no se inventan nada. En sus últimos trabajos añadieron algún toque del presente, aún muy difusos y esporádicos. Por el momento mis favoritos de los tres, ¡que vivan los ochenta! ★★★


La inamovible sección de cine

Ya deberían saber a esta altura que si no hay películas no es un mix. Siempre que pueda voy a hacer un espacio para darle una oportunidad a un largometraje. Y aunque me quedaron gran infinidad de pendientes todavía, pude quitarme nombres que hace tiempo estaban en la lista de espera. Eso sí, no pude ir ni una vez al cine, por lo que no hay nada reciente esta vez.

Como ya expongo lo suficiente mi lado cinéfilo por Letterboxd, no voy a extenderme en demasía por aquí, pues no quiero ser reiterativa. En la red social podrán encontrar qué veo, cuándo y mis impresiones sobre los films.

Conociendo a John Hughes: The Breakfast Club y Ferris Bueller’s Day Off.

¿Más cosas de los ochenta? Menos mal que no quería ser reiterativa. Y así es, queridos lectores, soy una apasionada de esa década, de su cultura que comenzaba a virar con la introducción de la tecnología, y que siento que de alguna forma esa fascinación viene por la nostalgia que sienten mis padres, y los medios de comunicación en general al parecer. A pesar de ello, tengo muchísimo por explorar todavía de lo más reconocido que salió a la luz esos diez años, siendo una de esas la filmografía del director John Hughes. Algunos lo conocerán por su trabajo como escritor en el clásico navideño Home Alone, pero antes de eso ya había participado en varios éxitos. Estos meses vi sus dos películas más aclamadas.

The Breakfast Club es un hito del coming of age y drama adolescente, con sus personajes tan memorables y sus conversaciones llenas de incomodidad, interrogantes y cierta simpatía. Tenía las expectativas por las nubes con esta cinta, y no resultó ser tan genial como esperaba. Entiendo que le habló a una generación y trató al adolescente como una persona, y no un alienígena que no entendía nada. Sin embargo, sus dilemas no me llegaron lo suficiente. Aparte de Brian y el famoso diálogo de terapia de grupo (tal vez el final incluso), no me ha conquistado.

Ferris Bueller’s Day Off (1986) por su parte es una comedia hecha y derecha, con escenas desopilantes, referenciadas hasta el infinito, y personajes que son más gags que otra cosa. Matthew Broderick es formidable, su carisma y su trabajo rompiendo la cuarta pared le han ganado un lugar en la historia del cine nada desdeñable. La hermana de Ferris y sobre todo mi adorable Cameron se quedaron conmigo. La veré seguramente más veces por lo disfrutable que es; de hecho, ya he repetido varias escenas.

Continúo con la filmografía de Monthy Python: el Salto Grial, la cuarta pared y el bajo presupuesto.

Luego de enamorarme de La Vida de Brian, tocaba ir atrás a la primera película de los cómicos británicos con Monthy Python and the Holy Grail (1975). Para ser breve diré que me reí bastante, como debería ser con cualquier comedia, pero me desconcertó más que me divirtió. Es de una naturaleza muy distinta a la historia de Brian, más caótica y similar a su show de televisión. Me entretuve mucho con las animaciones y el humor negro además de las burlas al cine, pero me causó menos impacto que el otro largometraje.

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Si leyeron todo esto del tirón les agradezco mucho su tiempo. Sorprendentemente estos dos meses pude ver cosas muy diversas y quise compartirlas todas por aquí. Como siempre pueden recomendarme cosas que les encantaron los últimos meses y contarme si conocen algunas de las que nombre hoy.

Mix de abril, mayo y junio 2018

Parecería que se ha vuelto costumbre que en este blog haya meses enteros sin entradas que coinciden con exámenes por rendir. Supongo que es parte de acostumbrarse a nuevas rutinas pero no importa, porque me vuelvo con un triplete. Para compensar esta ausencia trimestral traigo, como en cualquier mix, un montón de cosas que vi, leí o escuché entre libros de texto y el otoño sureño. No hay tantas cosas como si fueran tres meses de vacaciones, claro está. Pero hay aquí ciertas obras que me han encantado y que ya están entre mis favoritas.

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Perfectos desconocidos

2017| Álex de la Iglesia | Comedia, remake | 96 min. | ★★★

El primer film que veo del cineasta español Álex de la Iglesia y dudo que sea el último, a pesar de que no me haya parecido una comedia redonda. Basada en la cinta homónima italiana, la historia se desarrolla en una cena de amigos que deciden poner todos sus teléfonos sobre la mesa y compartir con todos cada mensaje o llamada que les llegue. La trama invita a ver cómo las cosas se desmadran cada vez más, con los secretos desvelándose y los personajes dudando cada vez más del otro mientras que intentan ellos mismos no quedar al descubierto. Los primeros dos actos van in crescendo en los que las risas aumentan hasta que, después del frenesí de complicaciones, todo lo construído se cae, reemplazando la comedia negra por un intento de drama que no termina de funcionar, sumado a una conclusión que da la impresión de que algo no cierra bien en la ecuación. En parte porque cuesta empatizar con personajes que se presentan como gente muy particular, por momentos desquiciada y a su vez porque se le ven los hilos en varias ocasiones. Un tanto predecible con un tercer acto poco convincente, pero aún así un retrato interesante de esta época además de sumamente entretenida.

James Acaster: Repertoire

2018 | Comedia, stand-up | 4 episodios | Netflix | ★★★1/2

Sucede seguido que, en lugar de ponerme lo que tengo en la lista de mi cuenta de Netflix, exploro el catálogo a ver si me encuentro con alguna joya inesperada o añaden series y películas que me encantan. A comienzos de abril, se estrenó en la plataforma un especial de stand-up de cuatro capítulos a cargo del humorista británico James Acaster. Al ser producción originial de los mismos, anuncios estaban desperdigados por todas partes, por lo que llamó ligeramente mi atención, a pesar de que a priori el trailer no me pareció tan bueno y que dentro de la comedia no suelo preferir el stand-up. 

Sin embargo, una vez vista la primera parte no podía parar, y de hecho he repetido mis partes favoritas. Acaster hace un hilo un tanto peculiar de historias surrealistas y bizarras propias del mejor humor británico, narradas de forma interesante e inesperada por momentos. Conecta chistes que ya usó en otros trabajos con nuevos y construye cuatro capítulos sólidos, lo cual es algo a destacar en un género que a veces queda simplemente en una sumatoria de anécdotas que buscan simplemente la complicidad del público; o al menos desde mi punto de vista. Tanto si te gusta el stand-up como si no, te recomiendo mucho este especial con un giro fresco al género de la mano de un personaje estrambótico e hilarante.

La vida de Brian

1979 | Terry Jones | Comedia | 1h 34min | ★★★★★

Ya que hablamos de humor británico, la plataforma de streaming incorporó a su catálogo en mayo todas las películas y la serie de televisión de Monthy Python, considerados los Beatles de la comedia y de gran influencia en este ámbito.

Hacía pocos años supe de su existencia cuando por televisión vi una escena de La vida de Brian, un film que nos cuenta los infortunios de un hombre que nació el mismo día que Jesucristo y es tratado como Mesías por error. En su momento no pude terminarla, y aprovechando su reciente disponibilidad en Netflix, decidí verla por fin.

No tengo mucho más que añadir que la mayoría no haya dicho ya sobre esta película. Es una obra maestra con todas las letras. Satiriza un montón de aspectos de las sociedades occidentales, hace reflexionar y prácticamente todas sus escenas son icónicas, memorables, repetibles y citables en cualquier conversación. Es fascinante ver la cantidad de cosas que contiúan sucediendo o que tienen incluso más gracia teniendo en cuenta lo que sucede en la actualidad, permanece totalmente vigente. Si no la has visto no sé qué estás haciendo en este momento, porque es muy fácil de encontrar siendo un clásico, las carcajadas están garantizadas. Seguramente vea el resto de películas de ellos, y ya estoy disfrutando de su programa Monthy Python’s Flying Circus.

Merlí (sólo primera temporada)

2015 | Héctor Lozano | Drama | 13 episodios | ★★1/2

Las series españolas están causando un gran revuelo en Latinoamérica. Todo el mundo imita el acento, las calles comerciales se llenan de trajes de La Casa de Papel, empiezan a hablar de historia del país ibérico con El Ministerio del Tiempo y debaten sobre educación chapuceando catalán con Merlí.

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Después de tanta referencia y recomendaciones esperaba mucho más de lo que obtuve. El profesor de filosofía tiene cierto encanto en su descaro, claro está, pero lo que promete ser una premisa que ponga en cuestión el sistema educativo, el rol del docente y sirva como medio divulgador de la misma, se queda en otra serie adolescente del montón. Da más centralidad a los problemas de los chicos, los líos de Merlí con los demás adultos y no pasa de ahí. Todos los alumnos son estereotipos andantes que usan sus vocablos juveniles y se la pasan bebiendo, teniendo sexo y lidiando con sus padres. Seguramente varios se puedan sentir identificados con los ellos, pero no es mi caso. Creo que a este tipo de enfoques les falta algo de diversidad y de sustancia.

Por otra parte los guionistas de esta serie adoran a su protagonista tanto que no sólo hacen que el desarrollo de la trama le de la razón constantemente, sino que nunca sufre consecuencias cuando se equivoca. Tratandose de una serie «de divulgación filosófica» que propone a los jóvenes una forma más crítica de ver el mundo eso es un mal signo.

Tiene sus buenos momentos y un final logrado, pero no creo que con eso me alcance para querer ver sus otras dos temporadas.

The Story of Diana

2017 | Rebecca Gitlitz | Documental, biografía | 4h | ★★★1/2

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En 2017 se cumplieron veinte años de la muere de Diana Spencer y, como es de esperarse, gran cantidad de documentales fueron creados para conmemorar y analizar desde una retrospectiva más contundente la historia y el impacto que tuvo en el Reino Unido y en el mundo el «cuento de hadas» que se tornó en tragedia de la Princesa de Gales. Habiendo visto una gran cantidad de programas y películas sobre ella dado el interés de mi madre, que era adolescente cuando sucedió la famosa boda real, puedo decir que dentro de todo ese material éste documental dividido en dos partes es de lo mejor que se puede ver sobre el tema.

Ponen sobre la mesa las numerosas aristas de Lady Di y todo lo que la rodeó desde su exposición al público. El manejo que tuvo de su imagen, su relación con Carlos, la dinámica con los medios de comunicación, el legado que dejó en la Corona británica y en las celebridades en general, entre otros puntos de su historia son desarrollados. Con la participación de su hermano, personas que trabajaron en los tabloides en su momento, gente del seno de la monarquía y otros participantes que de alguna forma en los sucesos contados aportan sus perspectivas que, sumadas a una buena edición, forman dos largometrajes que valen mucho la pena; más allá de que te interese o no saber sobre la vida de «la princesa del pueblo» o los escándalos de la monarquía, es un material que despierta reflexiones acerca del cuarto poder, dejando la puerta abierta a pensar en nuestros tiempos en comparación al panorama hace dos décadas.

27: Gone Too Soon

2018 | Simon Napier-Bell | Documental, música | 1h 30min | ★★

Mi fascinación creciente por los documentales es cada vez más notoria en el blog y en mi cuenta de Twitter. Se trata de una forma muy entretenida de aprender y a pesar de tener sus métodos deja cierto margen a la creatividad de sus desarrolladores. Al ver el ingreso al catálogo de Netflix de uno dedicado al asunto a veces místico y a otras amarillista como el club de los 27, me preguntaba cómo lo podían abordar.

Francamente no aporta nada, se basa en segmentos con pequeñas biografías de los «miembros» e intentan conectar esas historias con los vaivenes de la industria musical y la droga, cosa que ya se encuentra muy extendida en internet y otros trabajos similares. Es decente para el que no conoce nada sobre el emblemático grupo de músicos, pero no destaca en nada.

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Songs Of Faith And Devotion

1993 | Depeche Mode | Mute/ Reprise Records | spotify | ★★★★

Desde hace bastante tiempo que identifico cada año de mi vida con un músico. Por más variedad de artistas que escuche, hay uno que descubro y que durante doce meses es lo que más suena en mis auriculares. Voy descomponiendo sus sonidos, recorriendo su discografía, a la vez que me acompañan sus composiciones en todos los eventos del año, a modo de banda sonora. El pasado 2017 fue atravesado por la discografía de Arcade Fire, que probablemente termine escribiendo sobre ellos en un futuro. Actualmente, fui desplazando a los canadienses (sin dejar de tararear sus temazos, por supuesto; los artistas que marcaron años anteriores no son borrados de mis listas de reproducción bajo ningún concepto) por los hits de la banda inglesa Depeche Mode, que muchos conocerán por sus padres y otros tantos por su juventud. Estrellas del sintetizador a lo largo de la década de los ochenta, los de Sussex siguen en el presente grabando discos y haciendo giras, aunque nunca con la relevancia que tuvieron hace treinta años. En gran parte es por su estancamiento en cuanto a innovación con la música electrónica, pues se podría decir que desde la retirada de Alan Wilder el sonido fue cada vez más formulario. Aunque esa cuestión no es lo que importa en este mix.

No quiero incurrir en la historia de la banda, aunque tiene bastante importancia a la hora de hablar de su octavo álbum de estudio. Como decía antes, en los ochenta fueron grandes exponentes de la música electrónica, y su carrera estaba en la cima con Violator (1990), donde están sus singles más conocidos por el público general. Era a lo que parecía estar destinado a ser desde que se fue Vince Clarke, nada más sacar el primer disco.

Pero vamos al punto. Después de tal triunfo mundial, había mucha expectativa con el próximo trabajo de los ingleses, y muchos se decepcionaron cuando en 1993 sale a la luz Songs of Faith and Devotion, que se alejaba bastante del sonido que fueron perfeccionando desde que comenzaron, con muchos toques de gospel, blues y hasta el grunge. Aquí apostaron por lo analógico, incorporando batería, guitarras como en Violator y coros de gran potencia. Sin embargo, es un gran muestrario de las composiciones de Martin Gore, con las temáticas en las que brilla. Sexo, amor, pecados, todo eso está aquí – sobre todo los asuntos religiosos, que son centrales – con la mejor interpretación vocal que Dave Gahan haya hecho. Son canciones muy sentidas teniendo en cuenta que el cantante estaba casi al borde de la muerte.

Así como en su momento fue polémico entre los fans o incluso la crítica, con el tiempo fue siendo más reconocido, incluso es considerado el último gran disco de la banda, después del cual Wilder no participó más. De apuesta arriesgada, en un momento en el que el grupo casi se pierde por completo entre drogas, alcohol y disputas; Songs of Faith and Devotion no es sólo un imprescindible de Depeche Mode (que es ideal para conocer algo del grupo si no te gustan los sintetizadores), también de la década de los noventa.

 

Dummy

1994 | Portishead | Go Beat | spotify | ★★★★1/2

Pasamos de un gran disco noventero a otro.

Estos meses donde vivo fueron muy lluviosos y grises. Sobre todo en mayo, día tras día había una atmósfera calmada, en ocasiones extenuante, que suele ir acompañada de películas animadas o música que vaya en consonancia con el ambiente. Ahí es donde entra Portishead, una banda que hacía tiempo me decepcionó por no resultar ser lo que esperaba por mi desconocimiento del trip hop. Sin embargo, cuando ví que en Versus, un programa radiofónico que se ha vuelto un indispensable cada miércoles, iban a enfrentar su Dummy contra Heaven or Las Vegas, de Cocteau Twins (escucha ese combate aquí) me decidí a darle otra oportunidad al grupo de Bristol. No pude haberme econtrado con un disco que más adecuado para el momento.

Con su beat que alterna entre lo puramente urbano y lo sofisticado, sumado al timbre delicado y melancólico de Beth Gibbons, el tono del álbum te inserta en una atmósfera oscura, aterciopelada y con la clase de un soundtrack refinado. Junta elementos que a primeras no parecerían quedar tan bien juntos y, pese a ser ya muy aclamado, sigue sorprendiendo. Una gran forma de descubrir el género.


Éstas fueron las cosas que, para bien o para mal, destacaron en los últimos meses de pausa en el blog. Menciono también a la película Sing Street, un musical del 2016 que me fascinó, y que si no está en esta entrada es porque ya hablé de sobra en twitter acerca de ella, además de la reseña que hice en mi cuenta de Letterboxd, que voy a ir actualizando al igual que este espacio.

 

Y ustedes, ¿qué cosas pueden recomendar que hayan descubierto hace poco? ¿Conocían alguna de las de este mix? Como siempre los comentarios son más que bienvenidos.

 

 

 

 

Mix de Marzo 2018

Todos los que entran en este espacio pueden leer la descripción: blog misceláneo sobre historias. Un subtitulo que evoca la gran cantidad y diversidad de intereses de su autora; la mayoría audiovisuales, pero en una vorágine cabe de todo, sobre todo teniendo en cuenta que la gente cambia y sus gustos, también. Por el momento, mis gustos no han cambiado y el enfoque del contenido de esta bitácora cibernética permanece intacto. Sin embargo, hay cosas que van quedando en el tintero: películas, series, libros, canciones, bandas sonoras y más descubrimientos que no traigo a este espacio porque no soy precisamente de escribir reseñas todo el tiempo; tampoco puedo desarrollar artículos o análisis tan extensos para recomendar todo eso que no expongo entre las líneas del blog. Así que, queridos lectores, ha llegado a Vorágine de Palabras esta especie de boletín mensual con diversas cosas que me hayan gustado y quiera compartir.


 

Cine

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La Princesa Prometida

1987 | Dir. Rob Reiner | Aventuras, comedia, fantasía | 98 minutos

Hacía un tiempo tenía en mi lista de pendientes a este clásico de los ochenta y, cuando finalmente pude verlo… ¡Cómo me arrepentí de no haberlo hecho antes! De hecho, creo que me hubiera encantado de niña. Ciertamente es un film imperdible, lleno de momentos hilarantes que uno no se va a olvidar, personajes simpáticos, frases que quedaron en la historia del cine y una historia que no envejece. Gente de todas las edades pueden encontrar algo de su interés en ésta sátira y homenaje a su vez de los cuentos de hadas. Lo más destacable es sin duda el humor, es efectivo sin necesidad de referencias a la cultura pop, ni gags escatológicos, hoy en día la comedia familiar está falta de ese estilo, mucho más puro y único. Además de todo eso – que no es poco – es de las que uno podría ver muchísimas veces sin cansarse. Si películas como Shrek no te convencen, ésta es un absoluto must.

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La Forma del Agua

2017 | Dir. Guillermo Del Toro | Fantasía, romance | 123 minutos

Muchas expectativas tenía con el estreno de la cinta de Guillermo Del Toro, incluso antes de su gran cantidad de nominaciones a tantos premios. Como habrán podido notar si me siguen, las historias de amor son mi debilidad, y el toque fantástico podía salir muy bien… o ser un completo desastre. Esperaba una historia de «humana y monstruo» que me quitara el mal sabor de boca que me dejó la versión live action de La Bella y la Bestia y la historia de Elisa y la criatura lo logró con creces. Creo que cumplió su cometido y, además de darnos un cuento de hadas adulto, logra trasmitir su mensaje sin ponerlo por todas partes. El departamento artístico es fantástico, y ayuda a construir una atmósfera muy lograda.

Siento que, como ocurrió con La La Land, las películas salen un poco perjudicadas cuanto obtienen tantas nominaciones al Óscar, puesto que las miradas sobre las mismas son más atentas, más inquisitivas. Como no, es lógico que el que se quede con la estatuilla sea realmente merecedor de la misma, pero en esa búsqueda de que el film sea una maravilla, puede que se esté criticando demasiado lo que, de otra manera sería evaluado como otros tantos largometrajes. ¿Merecía el Óscar a Mejor Película entonces? Seguramente no, pues había muchos contingentes que de una forma u otra eran superiores. Sin embargo, eso no significa que La Forma del Agua sea mala, en absoluto. En lo personal me gustó mucho, probablemente la vuelva a ver algún día.

Series

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Everything Sucks!

2018 | Comedia, drama | Netflix | 10 episodios | 24 minutos por ep.

Cuando le di una oportunidad a esta serie original de Netflix, estaba convencida de que se trataba de una comedia de instituto ambientada en los años 90, con ese filtro nostálgico que está resultando tan exitoso en las ficciones de los últimos años. Al darle play a su primer episodio, tenía la intención de desconectar un rato del estudio, y no pude terminar más sorprendida con lo que ofrece. Claramente, tiene ese humor «de instituto», pero cuando le dan menos importancia a mostrar lo que estaba de moda en ese momento y a bromear con lo nerds que son algunos de sus secundarios, realmente brillan los personajes y sus relaciones, entrelazando muy bien la comedia y el drama. A ritmo de Oasis y unos cuantos one-hit wonders noventeros, vemos en pantalla a unos actores muy prometedores que nos atrapan con sus historias, risas y desgracias, en una representación de la adolescencia que no vuelve todo un melodrama. Lo mejor es sin duda el personaje de Kate, que a medida que transcurre la serie va descubriendo sobre su sexualidad y, sin darse cuenta, afirmando quién es: Peyton Kennedy se come al resto con su actuación, sólo por ella vale la pena sentarse un fin de semana y maratonear Everything Sucks! De lo mejor en lo que respecta a series de adolescentes que tiene el servicio de streaming.

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Duels

2014 | Documental | France 5 (Netflix) | 8 episodios | 50 minutos

Últimamente ando enganchada con las series documentales, pues noté la existencia de una gran variedad de propuestas que son realmente curiosas. Ésta producción de France 5 quizá no es tan original en su planteamiento: en cada capítulo cuenta la historia de una rivalidad entre compañías o personalidades más o menos conocidas, desarrollando a fondo sus causas y su impacto en la cultura; pero su fuerte está en el desarrollo, mezclando contenido de archivo con testimonios y expertos, con la duración justa en cada episodio. Se aprende bastante, pues se trata de cultura general y tangible, ya que en la actualidad se puede notar lo que aportaron sus protagonistas al mundo de la moda, el marketing y el cine, por ejemplo. Relatos de batallas sin piedad tan conocidas como la Coca-cola con la Pepsi, Bill Gates y Steve Jobs y tantas otras, con muchos datos que uno desconoce. Entretenida e interesante, ¿qué más se puede pedir en un documental?

NOTA: se doblaron al inglés sólo un par de capítulos, disponibles en Netflix (Latinoamérica)

Literatura

Mamá

Jorge Fernández Díaz | 2002 | Ficción moderna | Editorial Sudamericana

«Una campesina española envía a su hija de quince años a la Argentina de Perón. Quiere sacarla de la miseria y le promete que pronto la seguirá toda su familia. Pero algo falla y nadie viene, y la chica se queda atrapada en un país hostil donde crece, se casa, lucha contra su destino y sufre el destierro más cruel. Luego de muchos años, deja de sufrir y se hace argentina. Entonces sus hijos y nietos le anuncian que quieren irse a vivir a España, huyendo de la depresión económica, y todo vuelve a empezar».

9789875666795Mamá es conmovedora. Poco más se puede decir de esta novela que Fernández Díaz escribió sobre la historia de su familia. Más allá de su contexto con el que muchos se pueden identificar, ya que en este país hay muchísimos descendentes de inmigrantes españoles que cruzaron el Atlántico en esas épocas, en las páginas de este libro se encuentran retratos sobre la inmigración en general, la lucha de una mujer por salir adelante en varias situaciones adversas y sobre todo, una realidad narrada de una forma sencilla pero bella y emotiva. Durante mi lectura, no pude evitar lagrimear con ciertos eventos y reflexionar, pues como inmigrante la historia de Carmina te toca de una manera muy profunda. Pude ver a mi abuelo, llegando a la ciudad en los años cincuenta y a mis padres siendo niños durante los sesenta y setenta mientras conocía a los personajes y era testigo de su vida.

Es un relato apasionante, que es un imprescindible de la literatura argentina contemporánea, como pedazo de la historia y como experiencia en general.

Youtube

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Jaime Altozano

Cuenta aquí | Difusión musical | Twitter

Sí, Youtube también cuenta, pues hay infinidad de canales cuyo contenido es interesante, original y entretenido. Uno de esos es el de Jaime Altozano, de difusión musical. Sin explicar como en libro de texto, aportando mucho humor y su carisma personal, en su canal homónimo se pueden encontrar vídeos sobre conceptos musicales explicados de manera que el público general lo pueda entender, trucos muy curiosos y comentarios sobre bandas sonoras, entre otros. Justamente conocí su cuenta a través de sus análisis de la BSO de la trilogía de El Señor de los Anillos, muy completos y fascinantes. Otro imprescindible de este usuario es el top 10 de las mejores bandas sonoras de anime, dividido en diez partes para hablar en profundidad sobre cada una. Lo recomiendo muchísimo.


Y éstas fueron las cosas que descubrí este pasado mes de marzo. Si conocían alguna y también me gusto déjenmelo en los comentarios y si, conocen cosas parecidas que me puedan gustar por igual no duden en decírmelas, quizá entren al mix de abril. ¡Hasta la próxima!